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Filorga - TEXTURE

¿Qué puede hacer la química por tu piel?

Por Maria Capoli

noviembre 21, 2023  -  Los ingredientes

Cada vez más, la cosmética apuesta por una pareja de éxito. En el avance continuo por ofrecer lo mejor de la piel, los tratamientos estrella ya toman lo mejor de la naturaleza y lo mejor de la química.

Es habitual, desde hace años, un debate en torno a la cosmética natural. Muchos plantean si es mejor usar tratamientos naturales o si la cosmética sintética es la preferible opción.

En realidad, todo lo que nos rodea es una cuestión de química. Todo: las sustancias, los materiales y los líquidos están formados por átomos y, por tanto, tienen una composición química. Incluso los que identificamos como naturales.

Algo similar sucede en la industria de la cosmética. Y es que, en ocasiones, un compuesto sintético puede ser más respetuoso con el medio ambiente  y mejor para nuestra piel que un extracto de plantas. Veamos por qué.

¿Cuándo es natural un ingrediente cosmético?

Empecemos por lo más básico. En cosmética, distinguir entre lo que es natural y lo que es de origen natural es crucial. Tanto que cuenta con una reglamentación específica, la norma ISO 16128, con la que se calcula la naturalidad de un producto cosmético.

El término “natural” evoca todo lo que existe en la naturaleza, ya sea en la superficie de la Tierra, enterrado en sus profundidades u oculto en los océanos. Un ingrediente cosmético natural es, resumiendo mucho, una sustancia obtenida de plantas, animales, microorganismos o minerales.

Se puede extraer sin ninguna alteración de sus componentes como, por ejemplo, mediante el prensado. Los aceites vegetales como el de oliva o el de macadamia, utilizados habitualmente en cremas, son ingredientes naturales.

Por otro lado, los ingredientes de origen natural proceden de la transformación de las mismas materias primas, esta vez mediante procesos biotecnológicos y químicos que minimizan el impacto sobre el medio y son adecuados para el tratamiento final. Es decir, se reducen las emisiones de residuos, el consumo de energía y la peligrosidad de los compuestos producidos. Por ejemplo, el ácido hialurónico utilizado por FILORGA es de origen natural y se obtiene por biofermentación.

Ingrediente químico: ¿sí o no?

Popularmente, un producto se califica de “químico” cuando se produce artificialmente. Esto sugiere que los productos sintéticos son malos porque no son naturales. Sin embargo, nada más lejos de la realidad. El uso de procesos químicos se emplea para mejorar la pureza, estabilidad y calidad de muchas sustancias.

Entonces ¿son recomendables los tratamientos de belleza con base química? Sí. No se puede negar que algunos compuestos químicos artificiales son poco aconsejables y respetuosos con el medio ambiente, pero estos apenas se usan en cosmética.

Además, también debemos ser conscientes de que lo natural no es necesariamente sinónimo de salud o seguridad. De hecho, muchas de las sustancias más peligrosas se encuentran en la naturaleza, como el veneno animal, la dedalera o la ricina.

En definitiva, lo que se consigue con la transformación química o síntesis de una sustancia es poder controlar mejor su calidad y reproducibilidad, y limitar así las impurezas. Algo que repercutirá en producir un tratamiento cosmético mejor para lucir radiante.

Lo mejor de la naturaleza con los avances de la química

Por todo ello, desde Filorga cuidamos la piel combinando ingredientes de origen natural y químicos. Nuestras gamas de productos contienen una media del 88% de ingredientes de origen natural y ahora el objetivo es alcanzar el 90% para 2026. Los demás componentes de las fórmulas contribuyen a la seguridad, eficacia, sensorialidad y estabilidad de los productos, de acuerdo con unas exigentes normas de calidad.

Pongamos un ejemplo. La vitamina C es un nutriente esencial para el cuerpo humano y un potente antioxidante muy utilizado en cosmética. Sin embargo, se degrada rápidamente cuando se expone al aire, la luz o el calor. Para estabilizar este activo y preservar sus beneficios- puede ser necesario recurrir a la síntesis en laboratorio.

Es la manera que tenemos de producir formas de vitamina C que conserven sus propiedades beneficiosas durante más tiempo, incluso al aire libre. Por ejemplo, en nuestro serum antiedad HYDRA-AOX [5], se combina la vitamina C con una molécula de glucosa para obtener ascorbilglucósido, un derivado natural de la vitamina C. La glucosa protege la vitamina C y evita que el oxígeno del aire la dañe. Y una vez en la epidermis, una enzima descompone la glucosa para liberar la vitamina C.

HYDRA-AOX[5]
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